Liarla parda o no hacer cosas, esa es la cuestión.
Todos la liamos. La pregunta es, ¿cómo reaccionas después?
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Lo hiciste lo mejor que sabías. Ahora que sabes más, lo harás mejor.
-Maya Angelou.
El mes pasado hace ya la friolera de 7 años que empecé con mi primer cliente.
Los cuento y no me lo creo: han pasado tres trillones de cosas entre medias (dos mudanzas, dos reformas, dos bebés, casi ná) y a la vez siento que acabo de empezar, que todavía me queda mucho por aprender, por recorrer.
Por cagarla.
La semana pasada la cagué pero bien con el lanzamiento de un cliente.
Lamadredelcordero, hacía taaanto tiempo que la liaba tan parda… que se me había olvidado.
El síndrome del impostor reventándome el estómago.
El cerebro martilleando mientras llamaba al teléfono al cliente para contárselo.
Mi mente gritándome: ¡ESTHER, PERO ME C* EN LA P*!
Y la realidad, querida mía, es esta:
Tarde o temprano, la vas a liar parda.
fixiNo importa si llevas dos días o dos décadas currando de asistente virtual, esto es lo único que puedo asegurarte al 100%: si nunca ha has liado, lo harás.
Obviamente, nadie quiere equivocarse.
Y menos en el trabajo.
Y menos para un cliente.
Pero nadie se libra de esa cagada tan épica que parece el fin del mundo.
El truco aquí no es evitar el fallo (spoiler: no puedes), sino aprender a reaccionar después.
En primer lugar,
asume el marrón y responsabilízate.
Cuando la cagas, lo peor que puedes hacer es ponerte a buscar culpables o echar balones fuera.
Todas la liamos en algún momento, y lo más honesto (y valiente) que puedes hacer es reconocer que ha sido cosa tuya.
Obviamente, como primer paso, discúlpate y pide perdón 🙏🏻
El cómo dices lo que dices aquí es importante. Admite que te has equivocado sin rodeos, sin echarle flores a lo sucedido. Cuando asumes tu error y pides disculpas, demuestras integridad y ganas mucho más respeto que escondiéndote detrás de excusas.
Y no se trata solo de lo que le dices al cliente, sino de lo que te dices a ti misma. Si te pasas la vida eludiendo culpas y creyendo que los errores no son cosa tuya, acabarás viviendo en un mundo donde no aprendes nada. Asumir tus errores es un acto de responsabilidad contigo misma y con tu desarrollo profesional.
La capacidad de reconocer cuándo te has caído y por qué es el primer paso para no tropezarte dos veces con la misma piedra.
Tomar la responsabilidad de tus cagadas te ayudará a evitar errores en el futuro. Es como crear una especie de "radar" para las posibles meteduras de pata.
Te aseguro que cuando mandes un email el día que no tocaba y afectes a un lanzamiento de 6 cifras, programas el resto de emails en varios años con una atención alucinante.
Por supuesto, descubierto el marrón, hay que reaccionar.
Reacciona rápido y comunica sin rodeos
Cuando la has liado, no hay tiempo para quedarse en shock.
Actuar rápido demuestra que te importa el trabajo, y que quieres hacer cualquier cosas por arreglar tu cagada.
Comunícate de forma directa y efectiva.
Ahorrará tiempo, transmitirá seguridad o confianza a tu cliente para que no olvide que está en buenas manos (a pesar de).
Por supuesto, cuanto antes hables con tu cliente, mejor: antes podréis trabajar en la solución.
Ponte en el lugar de quien está al otro lado y da la información clave: el qué, el cómo, y el cuándo. Cuanto antes lo cuentes, menos tiempo tendrán para montar una telenovela en su cabeza. Y no olvides que la mente humana siempre asume lo peor si no tiene respuestas claras.
Recuerda además que no eres la única que puede meter la pata. No te centres solo en lo malo; si comunicas bien, incluso las situaciones más complicadas se pueden transformar en oportunidades para fortalecer la relación con el cliente.
Ha pasado esto. Ha sido culpa mía (explicación muy breve).
¿Qué te parece si…?
Qué te parece si…
Da soluciones, no más problemas
Sí, la has cagado. Puedes remover la mierda, cagarte en el santoral al completo y esperar a que el marrón se resuelva solo, o puedes remangarte y proponer soluciones.
Eres una profesional, y eso significa que, ante todo, tienes un plan de acción. Si te quedas solo en el "lo siento", estás a medias. Pero si llegas con una propuesta para resolver el problema, entonces ya eres parte de la solución.
Idealmente, intenta llegar con dos o tres ideas que puedan ayudar a resolver el problema. Y dejando que el cliente decida.
De esta forma demuestras creatividad, implicación, flexibilidad… y que valoras la opinión del cliente por encima de todo lo demás.
Una vez que se tome una decisión, síguela hasta el final. Ser proactiva también implica asumir la responsabilidad de implementar la solución que has propuesto. No sirve de nada lanzar ideas al aire y luego desentenderte del proceso.
Lo que hará que tu cliente siga confiando en ti es que te vean implicada en todas las etapas del arreglo.
Es la diferencia entre que se queden contigo o se busquen otra persona: tú aportas valor y eres parte de la solución.
Y de todo se aprende.
Aprende y documenta.
Cada error trae una lección bajo el brazo, y si te quedas solo en el disgusto, no aprendes.
Por eso es buena técnica documentar los detalles de cada cagada, analizar lo que pasó y trazar un plan para no repetir el mismo error. Quizá incluso detectes pequeños detalles que se te pasaron por alto.
Documentar errores es una forma de crear un "manual de cagadas". Una guía personal de lo que NO debes hacer.
Y no te quedes solo con el marrón en sí: analiza también los pasos previos y posteriores al error para entender el contexto completo. Tendrás un archivo mental (o físico) de qué evitar y cómo.
A la larga esto te ayudará a ser más competente, más fuerte, y a cometer muchos menos errores.
Pero seamos claros:
Ningún error es tan grave como para dejar que te robe el sueño.
Relájate y pon las cosas en perspectiva
Sí, la has cagado, pero eso no es el fin del mundo.
Un error es solo eso, un error, y mientras no sea una cuestión de vida o muerte, es algo que puedes superar.
Ríete de tus fallos (después de solucionarlos, preferentemente), y relativiza el tema. Todos somos humanos, y todos metemos la pata de vez en cuando.
Un buen amigo dice que solo se comenten errores cuando se están haciendo cosas.
La única forma de no cagarla es no hacer nada.
Así que cagarla significa que estás haciendo cosas, trabajando, activa, en el meollo.
Poner las cosas en perspectiva incluso puede que mejore tu relación con tu cliente. La mayoría entiende que los errores pasan, y si el cliente no lo entiende, quizás sea el momento de preguntarte si vale la pena trabajar con alguien así. 🚩
Si el cliente aprecia la honestidad, valorará tu capacidad para reconocer y aprender de tus errores. De hecho, muchas veces, son estos momentos los que fortalecen una relación laboral.
Date tiempo y espacio también para sacar algo positivo.
Al final, muchos de esos momentos que cuando ocurrieron era el fin de todo, con el tiempo se convierten en anécdotas que contarás entre risas.
Recuerda que un error no define tu valor como profesional, sino cómo reaccionas a él.
Así que la próxima vez que la líes parda (que lo harás), relájate, mira el panorama general, busca soluciones, y no pierdas de vista que siempre hay espacio para aprender y crecer.
MomentoCotilleo:
He heredado de mi madre un gen cotilla: ¿me contestas al email y me cuentas tu mayor cagada?
Un abrazo,
Esther
🛠️ La caja de herramientas
Si alguna vez necesitas sacar metadatos de una fotografía, esta semana he descubierto Metadato.org.
Sin registros, sin complicaciones, simplemente subes la imagen y en un pestañeo tienes todo el salseo: cuándo se tomó, con qué cacharro, dónde estaba el fotógrafo, y hasta te lo muestra en un mapa.
Si como yo necesitas inspeccionar imágenes a menudo, esta herramienta es justo lo que te va a ahorrar horas de vida. Sencilla, gratuita y online.
🟣 Esta semana en AV&Comunidad
⏰ Buscamos alternativas a Toggl
👋🏻 Damos la bienvenida a Cristina
🖥️ Nuevo recurso TEC (TeEnseñoCómo): Limpiar y normalizar un audio con Audacity
🎙️ Entrevistamos a Marta Soldevila, ponente en el evento AV&Conecta.
¡Nos leemos la próxima semana!
Esther
Esta publicación es para rescatarla la próxima vez que la cague. Cuántas verdades has contado!!!
Es importante relativizar todo y sobre todo dos cosas como apuntas:
1. Ofrecer soluciones
2. No hablarnos mal a nosotras mismas
Te cuento la cagada que cometí.
Cuando empecé a currar como becaria me dedicaba a maquetar newsletters en HTML (qué tiempos!!!)
El caso es que cogí un html de una empresa externa para adaptarlo al proyecto para el que trabajaba. Y… no cambié las url de las imágenes 😱
¿Qué pasó?
Que nadie se enteró. Ni el jefe. Y apenas tuvieron clics esas imágenes. Pero vaya, yo me “flagelé” muuucho y desde entonces reviso las urls 2 veces ☺️
Superinteresante. ¿Y qué me dices de cuando la cagada es el tipo de acuerdo al que has llegado con algún cliente? ¿Cuando coges un proyecto y resulta que no has dejado atados todos los cabos, cuando te das cuenta de que te han tomado bien el pelo? 😊